Satisfacción del cliente

¿Cómo podemos definir lo que es una traducción de calidad?

Podríamos sumergirnos aquí en páginas enteras de explicaciones muy lógicas todas ellas, por lo que intentaré ser muy breve: La traducción es, en el fondo, un arte. No hay una única traducción de un texto, sino tantas como traductores la hagan. Aunque trabajemos con las más avanzadas herramientas de traducción asistida y dispongamos de múltiples diccionarios y fuentes de referencia, el resultado dependerá de la sensibilidad lingüística y el bagaje cultural del traductor.

Mis 35 años ininterrumpidos dedicados a esta profesión me han enseñado que lo más importante para alcanzar una traducción de calidad es que el cliente quede contento. La satisfacción del cliente es cumplir sus expectativas, reforzar su confianza en el servicio ofrecido, conocer sus necesidades y adelantarnos a ellas.

Toda traducción requiere su tiempo. Por ello, el concepto de «recargo de urgencia» es, en el fondo, para mí, contraproducente. La entrega urgente de una traducción no justifica un precio mayor, ya que le habremos dedicado menos tiempo. Un recargo por urgencia se justifica cuando implica trabajar en fines de semana, atrasar otros encargos para darle prioridad y dedicar tiempo fuera del horario normal de trabajo. ¡Pero no dedicarle menos tiempo a la traducción, en cuyo caso deberíamos incluso aplicar un «descuento por urgencia»!

En resumen: para que el cliente quede contento, también tendremos que quedarnos nosotros contentos con la traducción; tendremos que encontrar el equilibrio entre los factores principales, que son: calidad, plazo, destino final y precio.

Miguel Núñez